Muere a los 87 años el Presidente de Honor del Consejo Manuel Roberto Enguidanos, un referente en la administración de fincas
El domingo pasado nos dejó uno de
los principales referentes y máximos exponentes de nuestra profesión. D. Manuel
Roberto Enguidanos, además de haber sido la cabeza y el corazón de los
Administradores de Fincas Colegiados, ha representado los valores que debe
reunir un profesional: vocación de
servicio, capacidad de trabajo,
humanidad y amor a la professió.
Como lider desarrolló una importantísima labor
para lograr el mayor grado de reconocimiento de la profesión, dando presencia y
prestigio a nuestro colectivo y haciendo posible lo que hasta aquel momento
había sido imposible: la presentación en el Congreso de los Diputados de la
primera Iniciativa Legislativa Popular que supuso la profunda reforma de la Ley
de Propiedad Horizontal de 1999. Su empuje,
pasión, clarividencia y al mismo tiempo calidad humana y sencillez han
sido el mejor bagaje para todos y por ello es y será siempre la referencia de nuestro colectivo.
Durante 33 años presidió el Colegio
de Administradores de Fincas de Valencia y Castellón, haciendo del mismo uno de
los más activos y dinámicos Colegios de
España, dotándolo además de su magnifica
sede actual. También fue presidente del Consejo General de Colegios de
Administradoras de Fincas durante 8 años , siendo nombrado posteriormente
Presidente de Honor del mismo. A lo largo de su extensa carrera profesional e
institucional, fue un gran conocedor de las regulaciones de propiedad
horizontal y de arrendamientos urbanos y,
gracias a su visión y capacidad, hizo grandes aportaciones y
valoraciones interpretativas que merecieron la consideración del legislador en
sus sucesivas reformas en estas
materias.
Pero por encima de sus éxitos y la
magnifica relación que ha mantenido siempre con nuestro Colegio, Manuel Roberto supo transmitir a todos los
que trabajaron a su lado y a los que tuvimos la fortuna de conocerle, mucha
humanidad en forma de valores, generosidad, compañerismo, ilusión, cariño, sencillez, sensibilidad… solía decir
que lo mejor que le había pasado en la vida había sido poder servir a los
demás. Es lógico por lo tanto que el legado que Manolo deja a la profesión sea sobre todo, su propia persona, esta es la
lección magistral que nos ha dejado a los Administradores de fincas Colegiados.
Trataremos de aprovechar su lección de vida y tenerla siempre presente, para ser mejores personas y profesionales
como él lo fue.
Desde el CAFBL nos sumamos a las
condolencies y las muestras de apoyo a la familia y agradecemos a nuestro
entrañable amigo, todo el trabajo y dedicación durante toda su vida al servicio
de los demás, en favor de la profesión y
de su querido Colegio. Hasta siempre Manolo y muchas gracias.