‘’La okupación de pisos propiedad de un tercero es ilegal y, además, un delito’’
Entrevista de El Periódico a Enrique Vendrell, president del Col·legi dAdministradors de Finques de Barcelona-Lleida
Pregunta: No hay cifras oficiales, pero sí existen informes en el sector
financiero e inmobiliario que cifran en 85.000 las viviendas ocupadas ilegalmente
en España. Desde su punto de vista, ¿cuáles son las causas que han originado
este fenómeno?
Enrique Vendrell: En
primer lugar, tenga la seguridad de que las viviendas realmente okupadas (ilegalmente, con "k") son muchas más de las que
aparecen en las estadísticas oficiales. La prueba la hemos tenido recientemente
en Calafell, donde a raíz de una explosión de gas en un piso okupado, el Alcalde ha solicitado a los
vecinos que denunciaran otras situaciones de okupación y en pocas horas ha recibido 38 denuncias más sin
detectar.
Las
causas son diversas y de distinta naturaleza y el éxito principal de este
movimiento ha sido también haber utilizado hábilmente las ventajas y resquicios
que el propio sistema de garantías permite, para lo que se han dotado de estructura con cierta organización social y
política que les facilita actuar coordinadamente aprovechando el sistema que
denostan.
P: A su juicio, ¿qué medidas son necesarias para combatir la
ocupación ilegal de viviendas?
E.V: Cualquier
iniciativa que se adopte ha de partir del reconocimiento del hecho de que la okupación de pisos propiedad de un
tercero es ilegal y que además es un delito tipificado por el Código Penal.
Si
nuestro sistema permite estas actividades, facilitamos la impunidad del
infractor poniendo en peligro el principio de seguridad jurídica, y en consecuencia
la protección y la tutela de los
derechos de los ciudadanos que sí cumplen.
Considero
que la Ley debe reaccionar ante su utilización fraudulenta y también que a los
jueces se les debe dotar de los medios adecuados para aplicarla. También creo
que los cuerpos de seguridad, en todos sus niveles administrativos, deberían
actuar con más diligencia ante la flagrancia de la usurpación que a veces va
acompañada de violencia y coacciones físicas o morales.
P: ¿Quién se aprovecha de esta situación?
E.V: Además
de los okupas, también se aprovechan las organizaciones que se han venido
tejiendo alrededor de este fenómeno, los cuales se alimentan y se nutren de este
"colectivo". No se trata sólo de determinados sectores, sino de
grupos dotados de colaboradores e incluso de profesionales, como asesores
legales. Son en muchos casos verdaderas mafias organizadas, plataformas, sindicatos,
que actúan colectivamente, con alta capacidad de movilización y que suelen estar
en el entorno de ciertas administraciones políticamente afines de las que
obtienen ayudas y aportaciones económicas.
P: Desde el colectivo profesional de administradores de fincas,
¿qué le piden a la Administración para solucionar este conflictivo asunto?
E.V: Que sean conscientes de que el respeto al principio
de legalidad beneficia a la mayoría de los ciudadanos y de no ser así, antes o
después, nos perjudica a todos. El
esfuerzo realizado por los propietarios, o por los familiares que les
precedieron, dedicado a adquirir una propiedad privada, no sólo les comporta la
imposición de obligaciones como pagar impuestos, conservar la finca y garantizar
su seguridad, sino también derechos como el de la intimidad, obtener una
rentabilidad legítima por ceder su uso a otros residentes, su tutela y la protección por parte de sus servidores de las
administraciones públicas.
P: Una de sus reclamaciones es agilizar los procedimientos
judiciales para dificultar la acción de las mafias organizadas. ¿Se ha avanzado
algo en este tema?
E.V: Existe
un proyecto que se halla en trámite en este momento en el Congreso de los
Diputados, promovido por el PDeCAT y
auspiciado por diferentes Colegios
profesionales como el nuestro.
La
reforma procesal, si su redacción final se ajusta adecuadamente, será un
acierto porque permitirá al titular afectado por la apropiación material recuperar
la posesión de su propiedad al inicio del proceso, requiriéndose a los
ocupantes al inmediato desalojo en el plazo de 10 días salvo que acrediten el
titulo fehaciente que les legitime.
P: ¿Qué opinión le merece la proliferación de empresas
especializadas en desocupar inmuebles?
E.V: Tan
anómalo resulta el fenómeno okupa,
como la aparición de empresas para proporcionar una solución “rápida” del caso
aunque no resuelva el fondo de la situación. No puedo cuestionar la legalidad de estas
empresas puesto que hasta el momento no se ha producido ningún pronunciamiento
judicial que las deslegitime. De todos modos, sí considero que el esfuerzo no
debería hacerse en denostarlas, sino en resolver la raíz del problema que ha
propiciado que algunos afectados se planteen acudir a estas empresas en lugar
de pedir auxilio judicial, como debiera ser.
P: El Congreso aprobará agilizar los desahucios de okupas por vía
civil. ¿Cree que esta iniciativa es suficiente para revertir la situación?
E.V: Seguramente
no, pero es necesaria en todo caso. Los Administradores de fincas sabemos que
la morosidad en las comunidades no desapareció por la creación del juicio
monitorio o por negar el derecho de voto, ni los impagos de alquiler por las
reformas del proceso de desahucio, pero sin duda dieron una vuelta a la situación
y proporcionaron unos instrumentos legales y procesales a los afectados por los
impagos que les han permitido actuar con mayor rapidez y eficacia. Con los okupas podría pasar lo mismo.
P: ¿Cómo afronta el Col·legi d’Administradors de Finques de
Barcelona-Lleida este grave problema? ¿Qué medidas ha adoptado?
E.V: Los
Colegios de Administradores de Fincas de Catalunya hemos hecho llegar
reiteradamente nuestra preocupación a las autoridades autonómicas y locales por
esta lacra social por el número de casos y consecuencias que hemos constatado.
La
propuesta presentada por el PDeCAT es
también el resultado de parte de estas inquietudes, por ello esperamos que el cauce funcione adecuadamente
para que el poder legislativo y todos aquellos que tengan responsabilidades
estén a la altura de la situación y adopten las medidas necesarias.
Estas
actividades alteran la convivencia en las comunidades de propietarios, pueden
ocasionar daños en la finca por su falta de mantenimiento, afecta a su
habitabilidad y también a la seguridad del inmueble y de los vecinos, como
hemos podido constatar. Por ello, una de nuestras preocupaciones principales es
combatir la okupación.